Habitualmente ante una situación, que no necesariamente debe ser problemática, tenemos varias opciones de respuesta: reaccionamos con lo primero que se nos ocurre, consideramos la situación para hallar la mejor solución o respuesta, es decir, somos proactivos, o bien podemos no hacer nada y esperar a que el tiempo soluciones las cosas.
La palabra “proactividad” se opone a “reactividad”, es decir, reaccionar. Entender esta diferencia nos ayudará a considerar a la proactividad como una habilidad personal positiva a tener en cuenta en nuestra rutina personal y laboral.
Si ante una situación o acontecimiento que requiere que hagamos algo, lo que hacemos es “reaccionar” como buenamente podemos, podríamos decir que nuestra acción no está del todo adaptada a la situación presente, ya que es automática, y no contemplamos todas las posibilidades de acción.
Lo positivo de tener una actitud proactiva ante las cosas o acontecimientos, es que podemos elegir qué hacer. Y ahí se nos abre un abanico de posibilidades. Evitando ser reactivo, aparece primero la contemplación, luego la reflexión y finalmente la acción.
Dicho de otro modo: ante una situación X que exige una respuesta por mi parte:
- Primero analizo la situación en su conjunto, no sólo las partes que a mí más me afectan en un primer momento.
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- Después reflexiono sobre las distintas posibilidades de acción que se me presentan, teniendo en cuenta la relevancia, conveniencia o consecuencias de las posibles acciones a realizar; y tomo una decisión dándome el tiempo que estime necesario. Evidentemente no estamos hablando de acciones relacionadas con la supervivencia como huir, apartarse, etc.
- Y finalmente actúo, llevo a cabo la o las acciones que he decidido.
Evidentemente, la proactividad es un proceso de toma de decisiones en el que hay que implicarse y “practicar”. No por haber decidido ser proactivos lo vamos a ser. Es una habilidad, y como tal, necesita su espacio y su tiempo. Esto mismo quiere decir que con el tiempo conseguiremos automatizar el proceso de respuesta proactiva, y por lo tanto esa habilidad formará parte de nuestro bagaje personal, y de un modo u otro, así lo transmitiremos a los demás.
Para finalizar, una pregunta: ¿se es proactivo en todo, o más en unas cosas que en otras?
Con toda seguridad, somos más proactivos en aquellas cosas en las que estamos involucrados a nivel personal. Así que el primer paso para tener una actitud proactiva, es involucrarse personalmente en lo que hacemos.
Ya sabemos por dónde empezar… |