A menudo nos gustaría tener acceso a un botón mágico que parase el tiempo y nos diese una pausa, un paréntesis entre nosotros y lo que estamos haciendo, o lo que debemos hacer. Esto no significa que no nos guste lo que estamos haciendo, o que no queramos hacerlo. Simplemente significa que sentimos la necesidad de disponer de un breve lapso de tiempo para nosotros mismos, es decir, desconectar.
Aquí nos estamos refiriendo a una desconexión voluntaria, medida e intencionada. No es una desconexión para evitar hacer tal o cual cosa, ni tampoco es una desconexión de la realidad. Desconectar eficazmente es saber elegir el momento donde parar lo que estamos haciendo, distanciarnos brevemente de ello, para luego volver con más ganas, mejores ideas, o sencillamente con una sonrisa en la cara.
En cierto sentido, tras desconectarnos eficazmente volvemos a la tarea con ojos nuevos. Ese breve espacio de tiempo te ha permitido “mirar las cosas desde fuera”, y si es necesario para la tarea, obtener otra perspectiva de ella o de cómo afrontar esa situación.
Se podría decir que hay tantas maneras de desconectar como personas, pues cada cual tiene sus motivos, sus necesidades, y su propia estrategia. Y en esto queremos incidir: si no la has encontrado todavía, busca tu vía personal de desconexión. El tiempo que dediquemos a ello dependerá de cada cual y sus posibilidades. A veces podremos disponer de una temporada (vacaciones), de algunos días (fines de semana, fiestas laborales), de momentos (horas), y por qué no, de minutos.
Evidentemente no debe suponer eludir responsabilidades u obligaciones adquiridas, ni tampoco utilizar la desconexión para “hacerse el sueco/a” ante determinadas situaciones comprometidas. La desconexión que proponemos es eficaz y motivadora.
|
 |
¿Cómo podemos desconectar? Primero tenemos que tener la voluntad de hacerlo, y para ello es bueno saber identificar nuestras necesidades puntuales de desconexión. Por ejemplo, antes o después de algunas reuniones difíciles, al salir o al llegar a casa del trabajo, previo a algún compromiso personal de relevancia, etc.
Una vez identificada la necesidad de desconectar, debemos encontrar el modo de hacerlo teniendo en cuenta nuestras posibilidades reales. Aunque tu modo de desconectar sea caminar por un bosque, no es posible hacerlo para prepararte una reunión de trabajo que te acaban de notificar que será en 10 minutos. En este caso, tendrás que amoldarte a la realidad. A eso nos referimos cuando hablamos de desconexión eficaz.
Finalmente, te damos algunas ideas para desconectar:
- Actividades como yoga, meditación, mindfulness.
- Cualquier deporte.
- Realizar paseos (por tu ciudad, tu barrio…)
- Caminar por la naturaleza disfrutando de lo que sientes.
- Viajar.
- Acudir o formar parte de actividades culturales.
- Cuidar las plantas de casa.
- Leer, ver películas que hayas elegido previamente (no la TV)
- Estar y disfrutar de tu casa.
- Vaguear sin culpa.
Recuerda: elige la que más convenga a cada momento, tanto por el tiempo y situación disponible, como por la satisfacción que te proporciona, y disfruta, que la desconexión eficaz es para mejorar nuestra vida, no para complicarla con más obligaciones.
|